Index 006. Brown Sandra Ucieczka do edenu (inny tytuł Zwyciężyć mimo wszystko) Brown Sandra Podarunki losu (W ostatniej chwili) 041.Brown_Sandra_Ksiaze_i_dziewczyna MA16_ _The_Empire_of_Glass Brian W. Aldiss Zabawa w Boga Notatnik Walker Kate Powrót do Palermo Fred Saberhagen Vlad Tepes 09 A Sharpness on the Neck William Shatner Tek War 05 Tek Secret Dussler Barbara AniośÂ‚y naprawdć™ istniejć… Krasicki Ignacy MikośÂ‚aja DośÂ›wiadczyśÂ„skiego przypadki |
[ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ] Pero, Dios mío, si me estoy quedando dormido. - ¿Puedo hacer algo para ayudarle? - Sólo mantenerse hablando o escuchando. A propósito no he querido comer nada para mantenerme despierto, pero eso no quiere decir que usted no pueda tomar algo del refrigerador si lo desea. El refrigerador está sin corriente desde ayer, así que no intente consumir lo que no sea conserva. El café estaba listo. Le sirvió dos tazas y las llevó a la mesa. - Gracias, todavía no tengo hambre, pero quizás deba preparar más café. - Si usted quiere. Pero ¿por qué? - Si se las arregló para cortar la electricidad, perfectamente podía hacer lo mismo con el gas. Y a usted no le gustaría quedarse sin café aunque tuviéramos que beberlo frío. - No creo que puedan hacer eso a no ser que utilicen un huésped humano. Cuesta mucho cerrar la llave del gas butano. No hay nada que perder, sin embargo, preparando una o dos cafeteras más. Puso de nuevo la tetera en la cocina para hervir más agua y se sentó en la mesa al frente de él. - ¿Qué tal el suministro de agua?, porque, si puede destruirlo, convendría llenar algunas vasijas con agua. - No creo que sea necesario. - Le explicó cómo trabajaba el sistema del agua -. Fácilmente podría destrozar la bomba que sube el agua al tanque, pero este mismo es demasiado grande, pesado y sólido como para que lo destruya. Debe estar lleno hasta la mitad. Tenemos más agua de la que necesitamos. Normalmente hay más de doscientos galones. » A propósito de agua, apenas termine esto recuérdeme que tengo que hacer algo: una ducha fría y un cambio de ropa me hará bien. Se me podría haber ocurrido en la mañana, pero no fue así. - Parece buena idea. Me prepararé algo de comer mientras usted esté arriba. Debe estar muy hambriento y de este modo no me verá comer. - De acuerdo. Pero haga un circuito por las ventanas de vez en cuando y avíseme si ve algo. Llevaré la ropa limpia al baño para terminar más rápido. Y esto me recuerda... Empezó a levantarse, pero la señorita Talley, con sus maneras más profesoriles, le ordenó que esperara un momento y partió a hacer el primer circuito de las ventanas. No vio nada de importancia ni nuevo, salvo que los buitres habían vuelto a comerse el ciervo muerto. Nada le ocurría todavía al toro muerto; el ciervo ya estaba podrido y era un plato más sabroso. Doc guiñó un ojo. - No espero que suceda nada. Este es un juego de esperas, a menos que uno de nosotros trate de salir. No ha hecho ningún intento de entrar en la casa, en ninguna forma y, si lo quisiera, podría haberlo hecho hace tiempo. Cualquier animal grande puede derribar las puertas, a menos que le dispare antes. - O un ser humano; no me explico cómo no ha enviado ninguno contra nosotros. - No tiene ninguna razón para hacerlo, salvo que quisiera matarme y, aparentemente, no lo quiere, a menos que salga. En cierto sentido, me gustaría que enviara alguno. Es peligroso disparar a las patas de un toro que carga, pero a las piernas de un hombre es cosa fácil. - Doctor, cuando llegué, ¿cómo supo que no era el enemigo? Usted pudo haberme disparado fácilmente en una pierna. - No me pasó por la mente. - Rió -. Y si me hubiera ocurrido, el toro corriendo detrás suyo habría sido prueba suficiente. Estamos casi seguros que la cosa esa no puede controlar a más de un huésped a la vez. - Se levantó y estiró los brazos luchando con un bostezo -. Bien, a la ducha. Y haré circuitos pertinentes en el segundo piso mientras corre el agua. No tendrá necesidad de moverse mientras no sienta que me estoy bañando. Subió arriba y bajó media hora más tarde con un aspecto algo más fresco. La señorita Talley había terminado de comer y se sentaron en el salón conversando por turnos. Doc insistía en hacer periódicas revisiones de las ventanas él mismo y en no permitir que las hiciera ella. Le explicó que el peligro de ir a dormir era menor si lo hacía solo. Y mucho mayor si ella lo dejaba solo en el salón. Entonces quedaría dormido como piedra. Las horas avanzaban lentamente. Uno y otro pensaron varias maneras de contraatacar pero, por una u otra razón debieron rechazarlas por impracticables o por peligrosas. Una vez Doc verificó que el sitio todavía estaba en funciones saliendo afuera solo y con la pistola. Cuando vio que un pájaro iniciaba la caída vertical, le disparó sin esperar a que se acercara. Pero, aunque parece que lo rozó, tuvo que disparar un segundo tiro cuando ya estaba muy cerca. Tuvo que saltar atrás para evitar que el pájaro lo golpeara. Saltó hasta el borde de la puerta. Volvió a cargar la pistola y barrió del suelo de la terraza al que había sido un gran halcón. La sangre le había ensuciado los zapatos y los pantalones. Subió para cambiárselos y para tomar otro baño. Habla dejado agua en la tina, porque, ya en el primer baño se había dado cuenta de que, aunque creía que había más de cien galones en el estanque, no [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ] |
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