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The Barker Triplets 2 Coll
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    llames. Te veré más tarde  sus ojos eran brillantes y azules y se clavaron en Langley .
    ¿Es éste el hombre precursor de que he oído hablar?
     Sí Milord. ¿Puedo presentarle al capitán Edward Langley? Lord Brannoch dhu
    Crombar, el embajador Centauriano.
    Así que este era uno de los hombres odiados y temidos de Thor. El y Valti fueron los
    primeros tipos caucásicos reconocibles que el americano había visto en aquella época:
    presumiblemente sus antecesores habían dejado la Tierra antes de que las razas se
    fundiesen en los seres casi uniformes de aquí y con toda posibilidad los factores
    ambientales tenían algo que ver con la fijeza de sus rasgos distintivos.
    Brannoch sonrió jovial, se sentó y contó una cómica e interesante historia. Langley
    contraatacó con el relato de un vaquero que consiguió tres deseos, y la carcajada de
    Brannoch hizo que temblasen los vasos.
     ¿De modo que ustedes todavía utilizaban caballos?  preguntó después.
     Sí, Milord. Yo me crié en un país de caballos. Los utilizábamos junto con los
    camiones. Yo iba... iba a dedicarme a su cría.
    Brannoch pareció advertir el dolor del hombre del espacio y con sorprendente tacto
    prosiguió para describir el establo de su casa.
     Creo que le gustaría Thor, capitán  terminó . Todavía tenemos ocasión para
    trabajar con ahínco. ¿Cómo pueden respirar con veinte millones de pedazos de carne
    gruesa en el Sistema Solar? Nunca lo he sabido. ¿Por qué no viene a vernos alguna vez?
     Me gustaría Milord  dijo Langley y quizás no mentía por completo.
    Brannoch se arrellanó, estirando sus largas piernas.
     Yo también he viajado un poco  dijo . Tiempo atrás tuve que abandonar el
    sistema, cuando mi familia dio fin a una pelea. Pasé cien años de tiempo externo dando
    vueltas, hasta que tuve oportunidad de volver. La Planetografía es una especie de afición
    mía, por eso podré decir que es la única razón por la que vengo a sus fiestas, Valti, viejo
    barril engañoso. Dígame, capitán, ¿ha tocado usted alguna vez en Procyon?
    Durante media hora la conversación versó de estrellas y planetas. Algo del peso interior
    de Langley sufrió alivio. La visión de muchas cosas extrañas de diversos rostros girando
    en torno a una sin fin oscuridad exterior era capaz de dejar sin respiración.
     A propósito  dijo Brannoch . He oído algunos rumores acerca de un ser extraño
    que traían con ustedes, que se escapó. ¿Qué hay de verdad en eso?
     ¡Ah si!  murmuró Valti mientras se acariciaba la barba . A mí también me ha
    intrigado. Sí, parece que es un tipo la mar de interesante. ¿Por qué tomaría una acción
    tan desesperada?
    Langley se puso rígido. ¿Qué es lo que había dicho Chanthavar? ¿No se suponía que
    todo el asunto era confidencial?
    Brannoch, claro, tendría sus espías. Consecuentemente Valti también. El americano
    sintió un escalofrío al notar fuerzas inmensas confluyentes, como una máquina
    marchando desbocada. Y comprendió que le hablan pillado entre los alocados
    engranajes.
     Me gustaría poderle añadir a mi colección  dijo Brannoch en tono casual . Es
    decir, no hacerle ningún daño, sólo conocerle. Si en verdad es un verdadero telépata, es
    casi único.
     También tendría interés en asociarme en este asunto  dijo Valti con tono de
    desafío . El planeta puede tener algo que valga la pena comerciar incluso a costa de un
    largo viaje.
    Al cabo de un momento, añadió ensoñador:
     Creo que el pago por este informe sería muy generoso capitán. La sociedad tiene
    sus pequeños caprichos y el deseo de conocer una raza nueva es uno de ellos. Sí, habría
    dinero para pagar el informe.
     Yo aventuraría por mi cuenta una cantidad  dijo Brannoch . Un par de millones de
    Solares... y mi protección. Estos son tiempos borrascosos, capitán. Un patrón poderoso
    no es para despreciar.
     La sociedad  observó Valti , tiene el privilegio de extraterritorialidad. Puede
    garantizar un santuario, también como la salida de la Tierra, que se está conviniendo en
    un lugar malsano. Y, claro, recompensas monetarias: tres millones de solares, como
    inversión en un nuevo conocimiento.
     Este no es sitio para hablar de negocios  dijo Brannoch . Pero como dije, creo que
    le gustaría Thor. Y podríamos enviarle a alguna otra parte que usted eligiese. Tres
    millones y medio.
    Valti gimió.
     ¿Milord, deseáis arruinarme? Tengo familia que mantener.
     Sí. Una en cada planeta  bromeó Brannoch.
    Langley permaneció sentado muy quieto. Pensó saber por que querían ellos a Saris
    Hronna. ¿Pero qué podía hacer él?
    La forma ágil de Chanthavar salió de entre la gente.
     ¡Oh!, estaba usted ahí...  dijo. Se inclinó con deferencia ante Brannoch y Valti . Su
    sirviente, Milord y buen señor.
     Gracias, Channy  dijo Brannoch . Siéntese, ¿quiere?
     No. Hay otra persona a quien le gustaría conocer al capitán. Perdónenos.
    Cuando estuvieron seguros entre la gente, Chanthavar llevó a Langley aparte.
     ¿Iban esos hombres en busca de que usted les entregase ese ser extraño? 
    preguntó. Había algo frío en su rostro.
     Sí  respondió Langley, cansino.
     Me lo pensé. El gobierno Solar está plagado de estos agentes. Bueno no lo haga.
    Una cólera cansada e insensata bullía dentro de Langley.
     Mire, hijo  exclamó mirando fijamente a los ojos de Chanthavar bien por debajo de
    los suyos . No veo yo por qué tengo que deberme hoy día a cualquier facción. ¿Por qué
    no deja usted de tratarme como si fuera un crío?
     Yo no voy a tenerle a usted incomunicado, a pesar de que podría  dijo Chanthavar
    con voz meliflua . No vale la pena, porque antes de mucho probablemente tendremos a
    esa bestia. Le estoy solamente avisando, sin embargo, de que si él cayese en cualquiera
    de otras manos, que no fuesen las mías, se las pasarla usted muy mal.
     ¿Por qué no me encierra y sigue adelante con las suyas?
     Eso no, me obligaría usted a pensar como yo quiero que piense en caso de que mis
    propias búsquedas fallen. Y es demasiado crudo  Chanthavar se detuvo, luego añadió
    con una curiosa intensidad : ¿Sabe usted por qué juego esta partida de política y
    guerra? ¿Cree usted que ambiciono el poder para mí mismo? Eso queda para los locos
    que desean mandar a otros locos. Sin embargo, es divertido jugar. La vida de otro modo,
    se volvería aburridísima. ¿Qué otra cosa puedo hacer que no haya hecho cientos de
    veces ya? Pero sí es agradable probar fuerzas con Brannoch y con ese pelirrojo fanfarrón;
    sus consecuencias, ganar, perder o empatar, son también divertidas; aunque, claro está
    tengo intención de ganar.
     ¿Incluso no ha pensado usted nunca en... un compromiso?
     No deje que Brannoch le engañe. Es uno de los cerebros más fríos e inteligentes de
    la galaxia. Bastante decente, lo lamentaré cuando tenga por último que matarle, pero...
    ¡no importa!  Chanthavar se volvió . Vamos dirijámonos al serio negocio de
    emborracharnos.
    VI
    El progreso lo consiguió: el armarlo bar de Langley le borró todas las huellas de la [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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