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453. Hardy Kate Święto życia
Walker Kate PowrĂłt do Palermo
Kurtz, Katherine Adept 01 The Adept
Bujold, Lois McMaster Vorkosigan 07 Cetaganda
Linux Biblia Edycja 2007
140. Small Lass Skradziony dzien
Griffin G. Edward, The Future is Calling (2008)
Dirie Waris List do matki. Wyznanie miśÂ‚ośÂ›ci
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     Ya sabes que no quiero quedarme aqu� con otros dos  dijo dando un salto. Luego
    se echó a re�r. Pero nadie le acompa�ó en la risa.
     Va a ser un condenado fin de semana  murmuró Beth vi�ndoles irse . Me gustar�a
    encontrar a Gary. Tengo que hablar con �l.
     Podr�a estar en cualquier parte  contestó Milton encogi�ndose de hombros .
    Nadando, en el jacuzzi, trabajando, durmiendo, viendo la pel�cula con Maddie, matando a
    alguien, siendo asesinado. El piensa que has venido para pedirle el divorcio, ya sabes. Me
    preguntó si habr�a alguna manera de impedirlo.
     �Y qu� le dijiste?  preguntó Beth tomando una potente inspiración.
     Ese no es mi campo. Pero deber�as tener un abogado que te representara, Beth. No
    te enfrentes a �l sola  a�adió dirigi�ndose a la puerta . Te ver� ma�ana. Buenas
    noches.
    Beth terminó la leche, pensando en Milton y teniendo la desagradable sensación de
    que no estaba en absoluto preocupado por ella, pero que simplemente no quer�a una
    escena esta semana, cuando �l formaba parte del p�blico cautivo. Nada hab�a cambiado,
    pensó fatigosamente. Todos segu�an teniendo miedo de Gary y sus rabietas. Puso el vaso
    en el friegaplatos. Gary todav�a estaba levantado. Lo sab�a. Nunca se acostaba hasta las
    dos o las tres de la ma�ana. Nunca se levantaba hasta despu�s del mediod�a, y apenas
    era humano hasta las dos de la tarde. Si no hablaba con �l esa noche, al d�a siguiente no
    lo ver�a hasta muy tarde. Se sintió tan cansada que podr�a quedarse dormida all� de pie.
    Cinco minutos, se dijo a s� misma. Si no lo encontraba en cinco minutos, abandonar�a y se
    ir�a a la cama. Pero si lo encontraba, hablar�an. Sonrió con tristeza; ella y Rich, pensó, los
    �nicos que no ten�an nada que perder.
    Salió de la cocina y se dirigió a la sala de televisión. Antes de llegar a ella escuchó la
    voz col�rica de Maddie.
     �Te dije que no contaras conmigo! �Dejadme sola!
    Beth se detuvo en la puerta y miró hacia el interior. La habitación estaba iluminada por
    una pantalla de gran tama�o en la que se ve�a a Gmger Rogers y Fred Astaire bailando;
    el sonido estaba apagado.
     �Lo viste! �Lo cog� y lo sabes!  gritó Gary. Bruce lo apartó del camino y dio una
    patada a la puerta; Beth se apartó. El siguió andando, con Gary pegado a sus espaldas .
    �Eres un hijo de perra! �No te vayas! �Te cog�!
     �Gary!  gimió su madre .
     �No tienes nada, tonto del culo!  gritó Bruce, elevando la voz hasta convertirla en un
    grito.
    Beth se tapó los o�dos con las manos, se dio la vuelta y huyó a su habitación. Cuando
    estaba dentro y la puerta se cerró estaba temblando, pero no de miedo, sino de una rabia
    de la que no se hab�a cre�do capaz.
    3
    Beth no pudo dormirse hasta que tapó la pantalla del ordenador con una toalla, y a�n
    entonces tuvo durante mucho tiempo la fantas�a de que o�a pasos, primero en el balcón,
    despu�s en el corredor, en la habitación de al lado. Sab�a que todo eso se deb�a a una
    imaginación fatigada, pero se esforzaba por o�r una y otra vez. Cuando despertó, poco
    despu�s de la siete, le dol�a la cabeza. Salió de la ducha al escuchar las cuatro notas de
    la Bellringer Company, y quitó la toalla del monitor. Hab�a un mensaje: Buenos d�as, Beth.
    En unos momentos te traer�n el desayuno a tu habitación. Te hemos elegido los
    elementos principales del d�a. Si quieres hacer alg�n cambio, elige, por favor, entre el
    men�.
    Estaba mirando el men� con las cortinas abiertas tras ella. Se dio la vuelta. Era una
    ma�ana soleada, con un banco de niebla o nubes bajas en el mar, lejos. M�s cerca, el
    oc�ano era de un color azul brillante, y parec�a tranquilo.
     �Cu�l es la predicción para hoy?  preguntó en voz alta.
    �Quieres que utilice hoy la se�al auditiva, Beth?
     No.
    Era sólo una prueba, pensó, y se volvió para mirar el monitor. Mostraba la predicción
    meteorológica: soleado con nubes a �ltimas horas de la tarde, sesenta y ocho grados F
    de alta, y cuarenta y cinco de m�nima, viento del noroeste de diez millas por hora,
    aumentando a veinte. Se volvió hacia la ventana: cuando miró de nuevo a la pantalla
    estaba en blanco, observando, pensó. Estaba observando, registrando cada movimiento.
    Decidió comer y salir, y quedarse hasta la tarde. [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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